Las cubiertas ventiladas de teja cerámica destacan por su estética, con la que el arquitecto puede expresar su talento, por sus prestaciones técnicas, su elevada eficiencia energética, su sostenibilidad, su gran durabilidad sin apenas mantenimiento, así como por su elevado confort y habitabilidad.
Así, una cubierta inclinada de teja cerámica, aporta, entre otros, los siguientes valores a un edificio:
Durabilidad y resistencia
Las tejas cerámicas se caracterizan por su durabilidad sin apenas mantenimiento, como lo demuestran los numerosos ejemplos de edificios históricos con cubiertas inclinadas de teja cerámica en perfecto estado de conservación.
Además, la microventilación de las cubiertas de teja cerámica tiene efectos positivos en la durabilidad de la cubierta, al eliminar problemas de heladicidad y la aparición de mohos, alargando la vida útil del aislamiento y la impermeabilización.
Además de su resistencia a heladas, una cubierta inclinada de teja cerámica es la mejor protección contra los fenómenos meteorológicos (viento, lluvia, nieve, etc.) y cuentan con una elevada resistencia mecánica, así como un excelente comportamiento frente al fuego, garantizando la máxima seguridad para el usuario.
Estilo y versatilidad
Los fabricantes de teja cerámica tienen un fuerte compromiso con la I+D+i, y han desarrollado nuevos productos con un diseño innovador, de gran planeidad y con una amplia variedad cromática y de acabados que se adaptan a la arquitectura contemporánea.
La amplia gama de tejas cerámica del mercado en cuanto a formas, dimensiones, texturas y colores, y su propia versatilidad, permite incluso que se fusione con la fachada del edificio, haciendo posible diseñar obras de gran valor arquitectónico.
Eficiencia energética
Las cubiertas ventiladas de teja cerámica mejoran significativamente el comportamiento térmico de la vivienda. Gracias a la ventilación natural bajo las tejas, se evita el sobrecalentamiento en verano y se mantiene el calor interior en invierno, garantizando el máximo confort en el hogar.
Esto hace que las cubiertas cerámicas contribuyan en gran medida a que los edificios en los que se emplean cumplan con los requisitos para obtener las certificaciones energéticas más exigentes como, por ejemplo, Passivhaus.
Sostenibilidad ambiental
La teja cerámica es respetuosa con el medio ambiente. Su principal componente es la arcilla, una materia prima natural, inagotable y renovable.
Las prestaciones ambientales de las tejas fabricadas por los asociados del Gremi de Rajolers de la Comunitat Valenciana e Hispalyt, están certificadas en todo su ciclo de vida por la etiqueta medioambiental tipo III, conocida como Declaración Ambiental de Producto (DAP), registrada en el Programa GlobalEPD de Aenor, demostrando de una manera clara y rigurosa que ofrecen el máximo respeto al medioambiente.
Además, los fabricantes han desarrollado unas fichas para los sellos BREEAM, LEED y VERDE que recopilan la información ambiental de sus productos según los criterios de sostenibilidad y eficiencia energética exigidos por dichos sellos, que han sido publicadas en la Plataforma de Materiales de GBCe.
En definitiva, las tejas cerámicas son productos 100% naturales, saludables y ecológicos, por lo que hacen posible la construcción de edificios sostenibles, sin problemas de toxicidad, radiaciones ni alergias, ya que tienen nulas emisiones nocivas y un excelente comportamiento en cuanto a la calidad del aire interior.
“El Tejado, de Tejas”
El Gremi de Rajolers de la Comunitat Valenciana desarrolla la campaña “El Tejado, de Tejas” con la colaboración de la Generalitat Valenciana a través del Proyecto INENTI, en la que reivindica las prestaciones y ventajas de este material para la construcción y rehabilitación de cubiertas, contribuyendo a la reducción del consumo energético, el incremento del confort y la seguridad y multiplicando las posibilidades de diseño para cualquier edificio o vivienda.
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